Personaje: Victoria
Relato procedente: "Inoportuno" (Huellas del Tiempo).
Resumen: Victoria estaba viviendo una dura situación debido a la depresión y la constante hipocondría de su marido, casi no salía de casa, no podía separarse de él por mucho que lo necesitara, había absorbido su vida desde hacía varios años pero ella sufría más por Jeff que por ninguna otra cosa, estaba dispuesta a sacrificar su vida, sus hábitos para procurar que él estuviera bien y se sintiera seguro. Tras volver del supermercado, vio a su marido colgado de una viga del techo, había querido que saliera para que ella no viese lo que iba a hacer. Todo su
mundo se cayó a sus pies sin quererlo, ahora tenía que saber cómo seguir
adelante.
Nombre completo:
Victoria Croswild Lovelt. Edad: 38 años.
Ciudad: Nueva Jersey. Profesión:
Editora.
Descripción física:
Mi
cabello negro caía más abajo de mis hombros, tenía las puntas un poco
desigualadas, hacía mucho tiempo que no iba a la peluquería, más o menos, desde
que empezó la depresión de Jeff. Mis ojos castaños permanecían cansados, tanto
que, al mirarme al espejo me di cuenta de que eran algo más pequeños que la
última vez que los miré, tenía tanto sueño y estaba tan exhausta que parecían
inexistentes. Mis labios gruesos se mantenían apretados debido a la constante
situación que tenía en casa, no veía más futuro para nosotros que una constante
locura que era incapaz de parar, no sabía muy bien cómo volver a sonreír. Mi
tez pálida se denotaba a que podía estar unos tres meses sin salir de casa
debido al pánico de Jeff a quedarse solo. Mi cuerpo esbelto siempre iba vestido
con pijama y descalza, adoraba que mis pies tocaran el suelo, era una sensación
de conexión con algo más que mi entorno, era algo diferente a lo que solía
vivir.
Descripción de la personalidad:
Siempre
he sido una persona muy dada a los demás, por eso, se me ha dado tan bien
cuidar de Jeff y estar tan pendiente de sus necesidades. Me he sentido
desconectada del resto del mundo los últimos meses, siempre he sido una persona
a la que le gusta conversar, salir a dar un paseo, ir al trabajo… pero hasta
ahora, me había sentido como impedida, temerosa de dejarle solo. Nunca he sido
alguien dependiente, ni siquiera sabía cómo era ser así pero ahora, sé cómo es
sentirse una dependencia de otro. Soy una persona tremendamente trabajadora y
responsable, he tenido suerte al tener un equipo tan compresivo con mis
problemas personales, he podido trabajar desde casa sin ningún problema, al
menos, gracias a esto, Jeff y yo podíamos subsistir.
El don de dar:
Bueno,
supongo que todo esto me viene de familia, desde que mi padre nos abandonó a mi
madre, a mis dos hermanos pequeños y a mí. Mi madre siempre estaba trabajando
para sacarnos adelante, así que, me tocaba cuidar de mis hermanos durante todo
el día hasta que ella volvía sobre las once de la noche. A veces, era muy duro
y sentía que no podía seguir viviendo así y que tarde o temprano iba a explotar
tras tanto llanto y peticiones a gritos pero otras, adoraba cuidar de ellos y
darles todo mi tiempo para que vivieran lo mejor posible y no estuvieran la
mayor parte del tiempo tristes porque mamá no estaba con nosotros y papá se
había ido.
El
papel de segunda madre lo tenía más que asumido, de hecho, mis hermanos me
hacían más caso que a ella, preferían pasar los días libres conmigo porque
les dedicaba más tiempo, les comprendía y, lo más importante, formaba parte de
sus vidas. Mi madre encajó muy mal todo esto pero, no podía cambiar el hecho de
necesitar un trabajo nefasto que la obligaba a trabajar tantas horas, se
frustraba pero debía seguir haciéndolo por nosotros. Trataba de hacerles
entender a mis hermanos que no era culpa de nuestra madre el que no estuviera a
nuestro lado cuando la necesitábamos, pero ellos la seguían juzgando y ahora lo
siguen haciendo, hace un par de años que ha muerto, ellos siguen criticándola y
afirmando ser las víctimas de su abandono. Respeto esa opinión aunque no la
comparta en absoluto, hizo todo lo que pudo por nosotros, para mí, no es
discutible.
Algo de tiempo para mí:
Tras cuidar
durante tanto tiempo de mis hermanos, decidí irme a Europa para vivir por mí
misma una serie de experiencias que recordaría por el resto de mi vida. Estuve
durante todo un verano dedicándome a mí tras haberme graduado en literatura en
una de las Universidades de mi ciudad, no era la mejor pero estaba cerca de
casa y podía acudir siempre que mis hermanos me necesitaban, era como tener más
de un trabajo a la vez. Durante el verano pudieron cuidarse de sí mismos, ya
eran mayores y para agradecerme el tiempo que les había dedicado, me compraron
aquel viaje tan intenso, para que me dedicara a mí misma por un tiempo, tras
tanto esfuerzo y dedicación, tanto a ellos como a los estudios. Fue mágico.
Fue un viaje
increíble, tanto que no esperaba conocer a Jeff en el vuelo de vuelta. Estaba
sentado a mi lado, empezó a rechistar sobre el aire acondicionado, tras una
charla basada en quejas y resoplidos, nos dedicamos una agradable sonrisa y
compartimos más de una conversación. Nos dimos los números de teléfono y
empezamos una serie de mensajes intensos e interesantes, era muy complaciente,
me llenaba de piropos, comprensivo, amoroso y de lo más detallista, decidí cenar
con él una noche y todas las estrellas del firmamento se pusieron a favor para
permanecer en el cielo una de las mejores noches de nuestras vidas, justo en el
primer beso, aquel que durante años recordé y sigo recordando de forma tan
placentera.
Una convivencia diferente:
Tras vivir con
mis hermanos, estaba claro que la convivencia con Jeff iba a ser muy diferente.
Cada día era una bendición, compartíamos innumerables cosas, tantas que me
hacían sonreír que no sabría cómo explicarlas. Eran experiencias que siempre
había querido tener, risas que siempre había querido dejar presentes en mis
recuerdos… Teníamos una misma manera de ver las cosas, de encontrar la forma de
mantenernos siempre unidos, a pesar de todas y cada una de las dificultades que
nos colapsaron, nunca había sido tan feliz como cuando estaba con él, por ello,
tiempo atrás, no pude dejarle solo con su enfermedad mental, era parte de mí y
su depresión también lo era, me sentía responsable de Jeff, de sus problemas…
Su hijo iba y
venía de casa de su ex mujer, se casó muy pronto y digamos que el niño fue
fruto de una noche de pasión desenfrenada tras haberse casado, con ella siempre
había sentido algo que jamás pudo explicarme, simplemente, me decía que lo
hacía ser como Jeff jamás quería ser, por ello, pidió el divorcio, quería dejar
de ser esa persona. Se quedaba los fines de semana con nosotros, empecé a
cogerle cariño y Timmy empezaba a tenerme confianza, no le forzaba a hacer nada
que no quisiera hacer, compartía muchas cosas con él, muchos momentos tiernos y
siempre dejé a Jeff educarle, yo no era su madre para hacerlo, puedo decir que
siempre lo hizo bien.
Momentos inoportunos:
Timmy murió
atropellado por un autobús, la llamada del hospital fue horrible pero todavía
más ir al reconocimiento del cadáver, Jeff se quedó destrozado. Durante algún
tiempo quiso vengarse de aquel conductor pero había tenido un infarto en el
momento del accidente, no había sido su culpa, en circunstancias normales, no
habría atropellado a su hijo. Este momento inoportuno empezó a llevar a Jeff a
un lugar oscuro, profundo, alejado de cualquier cosa del exterior, no parecía
querer nada de nadie, se sentía vulnerable, inseguro, traumatizado por todo lo
ocurrido. Tras el entierro de Timmy, nada fue lo mismo, además de haber visto a
su madre reírse en su funeral como si no le importase nada su hijo, Jeff estaba
más que abatido, me tenía a mí pero su pequeño empezaba a formar parte de un
lugar al que ya no podría acceder.
En cuanto me
di cuenta, ya no salía de casa, pedía la compra desde allí, no podía ver a
nadie, de hecho, tenía que hablar con los repartidores fuera de casa para que
no se pusiera nervioso, era como un niño asustadizo y antisocial. Nuestro
médico le hizo varias pruebas para intentar desvelar lo que le estaba pasando
pero lo vio muy claro desde un principio: estrés postraumático y depresión. No
percibía que Jeff tuviera intenciones suicidas pero, tras una salida al
supermercado, le vi allí, colgado de aquella viga del techo, siempre recordaré
su cara… Una situación tan inoportuna como la de Timmy, quería volver a ver a
su hijo y no sabía cómo, no podía aceptarlo, ni siquiera podía entender cómo
iba a tenerlo en su corazón si no podía
estar presente en su día a día. No podía vivir si él no estaba a su lado, un
sentimiento totalmente entendible, fue como clavarme una daga en el corazón que
me perforó el alma, que me hizo gritar de dolor y temblar debido a la pérdida,
no sabía qué iba a hacer sin él…
Un futuro para mí misma:
Tras tanto
tiempo velando por mi marido, ahora era el momento para velar por mí misma,
nunca había sentido algo semejante. Siempre me había sacrificado por mis
hermanos y por Jeff pero no por mí. Todavía no me había hecho a la idea de cómo
proseguir con mis objetivos, con mi vida, con aquella casa que ahora estaba tan
vacía como silenciosa. No sabía muy bien cómo iba a seguir adelante sin él pero
lo que sí sé es que no tengo tendencias suicidas, estoy acostumbrada a mirar al
frente y no hacia abajo, con algo de miedo por lo incierto pero con fuerza para
poner un pie delante del otro, con los recuerdos de Jeff y Timmy, con sus
sonrisas en mi corazón y con aquellos momentos tan nuestros en la privacidad de
mi memoria.
¿Podría
superarlo algún día? ¿Podría formar parte de una sociedad a la que había dejado
de pertenecer y ponerme al día? ¿Podría sacrificarme por mí misma? Muy pronto
podré averiguarlo…
Comentarios
Publicar un comentario